Para hoy tenía planeado escribir, como lo prometí en una entrada anterior, sobre uno de los temas discutidos regurgitados de memoria por los candidatos la semana pasada. Pero por una de esas casualidades de la vida, ayer, después de una agradable y entretenida plática sobre el acto circense de la CEG y su foro Por la vida y la educación (con especial énfasis en las sandeces fundamentalistas de Patricia de Arzú), me encontré con esta pequeña mina de oro tirada en el suelo del estacionamiento 4 de la URL:
Así que habrá cambio de planes. Esta mezcla de religión con política está tomando auge en estas elecciones y por el bien de todos, es algo que debemos de repudiar. La razón más obvia es que el secularismo es lo único que garantiza la libertad de culto religioso, pues no le da ningún lugar privilegiado a ninguna creencia religiosa por encima de otra. La más importante – aunque menos obvia para muchos – es que debemos de enfrentar la vida y sus dificultades tal y como son, utilizando la herramienta más poderosa que nos dio la naturaleza: la razón. No es perfecta, por supuesto, pero es lo mejor que tenemos. Patricia de Arzú nos pide todo lo contrario, nos pide sumisión a leyes arcaicas:
Nuestro Señor Jesucristo nos dice que la obediencia a Él es el único camino, para poder ver a nuestra Guatemala transformada en familias unidas y amorosas; en donde todos podamos tener un trabajo digno con salario justo, vivienda propia, buena educación y gozar de buena salud. Solo así podremos vivir como todos hemos soñado: ¡felices y en paz!
Algo que siempre me ha causado una extraña mezcla de gracia y pena ajena es que los fundamentalistas religiosos predican a diestra y siniestra sobre las enseñanzas de su dios predilecto – en este caso de Jesucristo – y se jactan de tener todas las soluciones a los problemas que agobian a la humanidad; pero pareciera que nunca se han tomado la molestia de investigar lo que dicen sus libros “sagrados”, más allá de lo que se dice en el púlpito de su iglesia. Según Patricia de Arzú, lo único que tenemos que hacer para que Guatemala sea un país con “familias unidas y amorosas” es creer en Jesús y serle obediente. Porque Jesús vino al mundo a traer paz y amor para todos, ¿cierto? Según Lucas 12:51-53, no:
51 ¿Pensáis que he venido para traer paz a la tierra? Os digo: no, sino enemistad. 52 De aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres; 53 estará dividido el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.
En cuanto a un “trabajo digno con salario justo”, las palabras de Jesús tampoco son nada alentadoras. Uno de los fracasos morales más grandes de la humanidad ha sido la creación y la promoción de la esclavitud como una forma legítima de tratar a un ser humano. Este tipo de comportamiento persistió durante milenios, hasta que las ideas de la Ilustración poco a poco acabaron con ella. Dicha actividad está aprobada en la Biblia. Levítico 25:44-46, incluso nos da las reglas para la compra y venta de esclavos:
44 Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. 45 También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión. 46 Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.
De hecho, el capítulo 21 del libro de Éxodo está dedicado casi en su totalidad a describir una serie de leyes dictadas por el dios de los judíos con respecto a los esclavos. Un pasaje que resulta realmente perturbador es Éxodo 21:7-11, que describe las normas que debe de seguir un hombre para vender a su hija como esclava sexual, y de paso las de la poligamia:
7 »Si alguien vende a su hija como esclava, ésta no podrá quedar libre como los esclavos varones.8 »Si ella no le agrada a su amo, y el amo la rechaza y no la toma por esposa, se le permitirá ser rescatada, pero no podrá venderse a gente extraña.9 »Si el amo entrega la esclava a su hijo por mujer, deberá ser tratada como se acostumbra tratar a las hijas.10 »Si el amo toma a otra mujer por esposa, no podrá disminuir la alimentación ni el vestido ni los derechos conyugales de la primera.11 »Si el amo no cumple con ninguna de estas tres condiciones, la mujer quedará libre y sin tener que pagar nada.
Podría seguir y seguir, ya que los ejemplos de este tipo de conductas realmente aberrantes se encuentran por montones dentro de la Biblia. Creo que con estos dos ejemplos basta para dejar en claro que la creencia de que la Biblia es una fuente infalible de valores morales y una guía perfecta para conducir nuestras vidas comienza a derrumbarse en cuanto comenzamos a estudiarla más allá de lo que sacerdotes y pastores citan. Pero aún así, hay muchas personas que no se convencen y comienzan a realizar una serie de piruetas lógicas para seguir manteniendo su fe. La más común de todas es el decir que lo que mandaba el Antiguo Testamento se debía a que era otra época, la “época de la ley” y que con la venida de Jesucristo entramos a la “época de la gracia”. Según lo que creen estas personas, los mandatos sangrientos de Levítico y las aberraciones sexuales de Éxodo quedaron invalidadas por Jesús. Pero, ¿es esto cierto? Mateo 5:17-20 dice lo siguiente:
17 »No piensen ustedes que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 18Porque de cierto les digo que, mientras existan el cielo y la tierra, no pasará ni una jota ni una tilde de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que, cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los demás, será considerado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los practique y los enseñe, será considerado grande en el reino de los cielos. 20 Yo les digo que, si la justicia de ustedes no es mayor que la de los escribas y los fariseos, ustedes no entrarán en el reino de los cielos.
Resulta evidente que utilizando el mismo libro que Patricia de Arzú toma como fundamento para sus creencias, se puede demostrar lo equivocadas que estas están. A cualquier persona con un poco de criterio y de honestidad intelectual, le resulta obvio que la Biblia es simplemente una compilación de manuscritos de gente mucho más ignorante y mucho más salvaje que nosotros. Es una discusión sobre moral de hace más de 4.000 años y como un recordatorio del doloroso y lento proceso de progreso moral humano es muy valiosa. Sin embargo, en manos de demagogos ignorantes como Patricia de Arzú, puede resultar en un desastre. En la actualidad, tenemos a nuestra disposición más de 1.300 años de filosofía moral que inician con Sócrates y que pasan por grandes pensadores como Aristóteles, Kant, Hume, Nietzsche y Mill; y es gracias a esto que el día de hoy podemos tener una discusión sobre moralidad afirmada en la realidad del siglo XXI. ¿Por qué insistir en quedarnos en la edad de bronce?
Para finalizar, quisiera refutar el otro punto que Patricia de Arzú hace en su panfleto y que muchas personas religiosas vienen promoviendo desde hace mucho tiempo. Voltaire, en un momento de estupidez no muy común en él, lo puso de la siguiente manera: si dios no existiera, sería necesario inventarlo. Lo que quiso decir con esto, es que la humanidad necesita de la creencia de un dios como el del cristianismo que recompense las buenas conductas y que castigue las malas para poder mantener el orden y evitar caer en un caos moral. Según mi opinión, Voltaire es uno de los más grandes genios que han pisado la Tierra y por más que lo admire y que concuerde con él en muchísimas cosas, aquí tengo que resaltar lo ridículo de su pensamiento. Según mi apreciación, inventarse a dios fue precisamente el inicio del problema. Un claro ejemplo en la actualidad es que los países con más altos índices de ateísmo en el mundo, como lo son Suecia, Noruega, Finlandia, Japón, República Checa, Corea del Sur y Dinamarca, se encuentran también entre los más prósperos, en todo el sentido de la palabra: ocupan los primeros lugares en salud, expectativa de vida, alfabetismo, ingreso per cápita, educación, igualdad de género; y los últimos en criminalidad, mortalidad infantil, violencia y homicidios. Aún no se han hecho estudios a profundidad que demuestren o que refuten la hipótesis de que el ateísmo es una causa directa de prosperidad humana. Pero por lo menos, lo que sí es irrefutable es que no es para nada cierto que “la obediencia hacia [Jesucristo] es el único camino […] para vivir como hemos soñado: ¡felices y en paz!”. ¿Será que ya podemos ir tirando esta creencia al depósito de la basura?
Luis F. Prieto
A esta imbécil le contestaría con 1 era de Timoteo 2:11, si lo que quiere es seguir al pie de la letra la biblia, pues que siga esa consigna y nos deje de contaminar con sus rebuznos. Francamente da asco ver como este tropel de politiqueros recurren a la demagogia de la peor calaña para tratar de ganar votos…… Entre los problemas de la sociedad chapina, tenemos la ilusa idea de creer que un tipo sentado en alguna nube puede hacer tal o cual cosa con la invocación de algunas palabras mágicas…. Esa mentalidad solo cultiva la irresponsabilidad. Nos urge una república donde los negocios religiosos no metan las manos en el estado.
¿El gobierno de dios? » Guatemala Secular
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