Uno de los temas que se discutieron pontificaron en el vergonzoso interrogatorio de la Conferencia Episcopal de Guatemala fue la homosexualidad. Como era de esperarse, todos los candidatos se manifestaron como enemigos de los homosexuales y rechazaron cualquier intento de darles igualdad de derechos. Entre los más moderados (pero no menos equivocados), estuvo Otto Pérez Molina, quien dijo: “Estamos muy claros [que] la vida y la familia se puede originar únicamente con la unión de un hombre y de una mujer…y por otro lado reconocer, que sí, hay una igualdad en las responsabilidades y las obligaciones de género, que es las obligaciones y las responsabilidades que le corresponden al hombre y a la mujer (sic)”. Dejando por un lado el divertido cantinflismo del final, esta es básicamente la misma cantaleta que repiten una y otra vez quienes quieren proveer un argumento en contra de la homosexualidad que no parezca religioso. Pero, ¿existen realmente argumentos seculares válidos en contra de la igualdad de derechos para los homosexuales?
En la versión online del artículo que escribió Gustavo Berganza para elPeriódico, titulado Los candidatos del Vaticano, tuve la oportunidad de interactuar con una persona que mantiene unas disonancias cognitivas impresionantes. Se queda corto, por ejemplo, de asegurar que los homosexuales (a quienes llama “el poderosísimo lobby sodomita”) quieren conquistar el mundo. Según él, hay toda una maquinaria política-económica financiando campañas e imponiendo la enseñanza de lo que él llama “homosexualismo” a niños de 5 años. Todo esto, por supuesto, se debe a una “poderosísima campaña del extranjero” cuyo objetivo es someternos a una “reingeniería social”. Creo que lo único que hace falta para completar esta magna obra intelectual es asegurar que si permitimos que dos hombres se casen, luego vamos a tener que permitir que un hombre se case con una cabra. Da risa, pero hay personas que de verdad creen que ese es un buen argumento. Pero para mí lo más ridículo de todo, es que aseguran que la ciencia apoya su postura “anti-sodomita”.
¿Cómo es posible que a los guatemaltecos no les cause la más mínima preocupación que este tipo de personas intolerantes, ignorantes y paranoicas que creen que todo es una conspiración en su contra y que creen tener conocimiento cuando no lo tienen deambulen libremente por las calles sin supervisión, voten y eduquen niños, pero que los escandalice que un hombre ame a otro hombre?
Sería muy fácil recurrir a la burla ante este tipo de “argumentos” y detener la discusión allí. Sin embargo, para desgracia de muchos, este tipo de opiniones es extremadamente popular y creo que es una irresponsabilidad no exponer los argumentos que demuestran lo equivocadas que están, sobre todo porque aseveran que el método más efectivo para distinguir a la realidad de la ficción y de los prejuicios – la ciencia – les da la razón. Uno de los más grandes genios de la ciencia del siglo XX, Richard Feynman, dijo alguna vez que la ciencia es aquello que hacemos para evitar engañarnos a nosotros mismos. Lamentablemente, no todos están interesados en corregir sus errores – hay muchas personas que ni siquiera comprenden qué es la ciencia y van escogiendo los datos que según ellos les convienen, de la misma forma en la que los fundamentalistas religiosos van escogiendo fragmentos de la Biblia para apoyar sus discursos moralistas de odio, resentimiento y violencia. Sobre esto, entraré en más detalle después. Ahora, a ver los argumentos “científicos” que supuestamente apoyan a quienes están en contra de la igualdad de derechos para los homosexuales. Aclaro que cuando utilizo la palabra “homosexuales”, me refiero a personas que tienen una atracción sexual hacia personas de su mismo sexo, independientemente de si son hombres o mujeres. Sé que se acostumbra a utilizar el término “homosexual” cuando se habla de un hombre y “lesbiana” cuando se habla de una mujer, pero para fines de este texto, utilizaré el termino “homosexual” para englobar a ambos grupos, que al fin y al cabo comparten la misma característica y la misma discriminación.
Argumento # 1: “La homosexualidad es ‘antinatural'”
Los que proponen este argumento afirman que en la Naturaleza únicamente hay hombres y mujeres. Otras personas lo ponen de la siguiente manera, con el afán de sonar más científicos: es un hecho sobre la biología que únicamente existen dos sexos – masculino y femenino, los cuales están determinados por nuestro ADN. Otros, solo se limitan a decir que es “antinatural”. Y algunos que se creen muy listos, incluso comparan a la sexualidad con la ley de la gravedad. Todo esto suena convincente para muchos, el único inconveniente es que es falso. En efecto, nuestras preferencias sexuales están determinadas en gran parte por nuestro ADN, pero es falso decir que únicamente existen dos sexos o un sólo tipo de atracción sexual “natural” – la heterosexualidad. Tanto las características puramente fisiológicas, biológicas y anatómicas (sexo), como las características psicológicas, la conducta y la identidad (género) son determinadas por la información contenida en los genes relevantes de nuestro ADN. Por supuesto que no es así de sencillo, nuestros genes (por decirlo de una forma visual, lo más correcto sería decir las manifestaciones de nuestros genes) interactúan con el ambiente a través de la cultura, que es el otro gran determinante en la naturaleza animal, y poco a poco van moldeando a los individuos y a las sociedades. Todavía no tenemos una explicación completa de cómo esto sucede pero sí hay muy buenas razones para pensar que vamos por el camino correcto. No se trata tampoco de que estemos en total ignorancia al respecto, el problema es realmente que a pesar de que se tienen varias hipótesis sobre la evolución de la reproducción sexual que compiten entre sí, todavía no es posible distinguir cuál es la correcta. Lo más probable es que sea una combinación de varias de ellas.
El asunto se complica aún más, cuando consideramos la plétora de diferentes maneras en las que la selección natural ha “considerado” construir los sexos, haciendo caso omiso de nuestras expectativas binarias o dicotómicas. A pesar de la determinación platónica de muchos de nosotros de separar al mundo viviente en bonitas y perfectas categorías de masculino y femenino, la Naturaleza simplemente no cumple nuestros deseos. El término ‘sexo’, en sí, es demasiado confuso: ¿Es el sexo determinado por el contenido cromosómico de las células, de tal manera que cualquier individuo con un cromosoma ‘Y’ es masculino? ¿Debemos de hacer la distinción de acuerdo a eventos que ocurren en la etapa de desarrollo embrionario que resultan en características obviamente masculinas o femeninas como genitales y otros rasgos sexuales secundarios? ¿O debemos de basar nuestras definiciones sobre el comportamiento exhibido? Es decir, ¿debemos de considerar a un grupo inequívoco de exteriorizaciones como la marca definitiva de la masculinidad o la femineidad?
Me parece que si queremos ser intelectualmente honestos, debemos de admitir que nada de esto queda completamente claro. Por supuesto que alguien pudiera opinar que toda esta “intelectualización” sobre la sexualidad es una pérdida de tiempo o que los biólogos, médicos, genetistas y otros expertos se están complicando la vida, pues no están viendo lo que es “obvio”. Pero entonces, esta persona debe de dejar de pregonar que sus opiniones están basadas en el conocimiento científico, pues acaba de evidenciar que son producto de cualquier cosa menos ciencia. Llámele intuición, sentido común, prejuicios, o como quiera, pero ciencia, no es. El punto que quiero hacer es que nuestro conocimiento cada vez se va ampliando más, pero cuando llegamos a los límites de nuestro conocimiento tenemos que admitirlo. Quienes saltan a conclusiones definitivas, están haciendo afirmaciones bastante atrevidas que no son justificadas por la evidencia existente y que en algunos casos, hasta la contradicen. Esto no sólo es intelectualmente deshonesto – en el caso de la homosexualidad es causa de mucho sufrimiento innecesario. A mí me parece que la única conclusión que podemos sacar sin miedo a equivocarnos es que nuestra intuición de que la sexualidad es una dicotomía tan sencilla como decir “o es blanca o es negra” está equivocada.
Otro elemento que no apoya la postura de que la homosexualidad y otras manifestaciones diferentes a la heterosexualidad son “antinaturales”, es la existencia de unas 1.500 especies diferentes de animales que las practican. Son especies tan variadas, que van desde los bonobos y otros grandes simios, a los delfines, las libélulas, los pingüinos (estos incluso son fieles toda la vida a una misma pareja homosexual) y las ballenas. Las únicas personas que no consideran que esta es una evidencia importante sobre la exhuberante diversidad de orientaciones sexuales en la Naturaleza y que es relevante para los humanos, son aquéllas que niegan la evolución. Pero eso ya es tema para otro artículo. Si a pesar de todo esto, sigue creyendo que la sexualidad es dicotómica y que cualquier cosa que se desvíe de este prejuicio es “antinatural”, entonces quisiera preguntar: ¿Qué hay de las personas hermafroditas, que nacen con ambos órganos sexuales; o las intersexuales que nacen con características fisiológicas de ambos sexos? ¿Son anti-naturales estas condiciones? Me parece que insistir en que la homosexualidad es antinatural es demostrar ignorancia sobre lo que la ciencia ha descubierto y, como veremos al final, en algunos casos es únicamente un argumento ad hoc para disfrazar prejuicios.
Argumento # 2: Permitir que los homosexuales se casen atenta contra la familia y será la destrucción de la sociedad.
Durante su intervención, al igual que en su campaña, Manuel Baldizón mencionó insistentemente a la familia conformada por un hombre y una mujer como la base de la sociedad y de la Constitución de la República de Guatemala. Rigoberta Menchú se enredó en un discurso sobre la influencia de su padre, su madre, su abuela y su abuelo, y la importancia de haber crecido en un hogar en el que sus ejemplos fueron un hombre y una mujer “que se complementan” el uno al otro. Quienes utilizan este argumento, afirman que permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo llevará al caos social. Esta es una preocupación totalmente válida que no se puede descartar impulsivamente. Si esto es cierto, creo que sería un argumento totalmente válido para realmente pensar el asunto detenidamente. Sin embargo, tampoco es un argumento que se pueda afirmar impulsivamente, pues automáticamente discriminaría a un grupo de personas sin ninguna evidencia sólida.
Hasta hace unos años era prácticamente imposible refutar este argumento, pues no había forma alguna de comprobar si los efectos del matrimonio igualitario serían negativos o no. En todos los países del mundo era ilegal y lo más cercano que se podía estar de intentar una refutación era decir que si bien no era legal, habían miles de parejas homosexuales que ya vivían juntas en secreto como si estuvieran casadas y todo seguía igual. Otro argumento era que en el Imperio romano, las uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo aparentaban ser completamente normales. El emperador Nerón se casó con un hombre llamado Sporus (Historia Romana, Cassius Dio Cocceianus). Cicerón menciona el “matrimonio estable y permanente” de Curio con Antonio. Estas uniones son mencionadas con toda normalidad en otros textos de escritores romanos de la época, como Marco Valerio Marcial y Décimo Junio Juvenal pero fueron prohibidas luego de la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio. Sin embargo, este argumento no es muy convincente debido a que el conocimiento que tenemos del Imperio romano solo lo tenemos a través de los textos de la época. Por lo tanto, concluir algo sobre los efectos de este tipo de uniones no puede pasar de simples especulaciones, por muy bien sustentadas que algunas puedan estar.
Pero ahora las circunstancias son diferentes. Desde la década de los 90, algunos países comenzaron a dar pasos hacia la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Comenzaron con “uniones civiles”, “compañerismos domésticos”, “sociedades de convivencia” y “pactos civiles de solidaridad”, entre otros eufemismos y limitantes. Al día de hoy es completamente legal y es exactamente igual al matrimonio heterosexual en 10 países: Países Bajos (2001), Bélgica (2003), España (2005), Canadá (2005), Sudáfrica (2006), Noruega (2009), Suecia (2009), Portugal (2010), Islandia (2010) y Argentina (2010). Pero como mencioné anteriormente, el cambio comenzó hace más de 20 años. En Dinamarca, las uniones civiles entre personas del mismo sexo son legales desde 1990, en Hungría y Suecia desde 1995, Islandia 1996, Países Bajos 1998, y Bélgica 2000. Si fuera cierto que el matrimonio igualitario causa caos social, estos países debieran de estar sufriendo las consecuencias. Sobre todo, estos últimos que comenzaron a dar igualdad de derechos desde los 90. ¿Es esto lo que sucede? No, todo lo contrario.
Desde 1990, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha llevado a cabo una medición anual del desarrollo humano de cada país, conocido como Índice de desarrollo humano. Toma en cuenta varios factores como esperanza de vida, calidad de vida, ingresos per cápita, niveles de educación, tasas de alfabetización, igualdad de derechos, libertad humana, desarrollo de la mujer, y otros. Un país que califica alto en esta escala es un país con una sociedad bastante sana que estimula el progreso y la prosperidad humana. Estos son los países que ocuparon los primeros lugares en 2010:
Creo que una imagen vale más que mil palabras. Algo que habla aún más que estos números es el comportamiento del gobierno y de la sociedad noruega después de los atentados terroristas que sufrieron el 25 de julio de 2011. En ningún momento sucumbieron al odio y a la venganza – únicamente hablaron de no dejarse vencer por el miedo o por individuos como Breivik y recalcaron la importancia de fortalecer la democracia para que esto no vuelva a suceder. Muy diferente a la reacción del gobierno estadounidense y de sus habitantes luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, ¿verdad?
Hay una variación de este argumento que afirma que permitir que las personas del mismo sexo se casen de alguna manera afectará a los matrimonios heterosexuales o que los “denigra”. A estas personas simplemente les lanzo un reto: Si viven en una colonia, condominio u edificio lo suficientemente grande, pudiera apostar a que hay una pareja de homosexuales viviendo juntos como si estuvieran casadas y ni siquiera se han dado cuenta. ¿Se ha destruido o denigrado su matrimonio heterosexual por esto? Si la respuesta es “sí”, por favor escriban en los comentarios y explíquenme cómo por favor. Con pruebas, por supuesto. Les ofrezco retractarme de todo lo que aquí he escrito, si logran demostrarme que en realidad los matrimonios heterosexuales están en riesgo.
Me parece que insistir en que el matrimonio homosexual causa caos y degeneración social es igual de absurdo que decir que es “antinatural”. Una vez más, es el producto de una persona ignorante o con prejuicios, o las dos.
Argumento # 3: Afecta negativamente el desarrollo de los niños que crecen con padres del mismo sexo y los puede volver homosexuales.
Este es un argumento que es apoyado incluso por personas que no se oponen a que dos hombres o dos mujeres se casen. A lo que se oponen es a que tengan hijos por medio de métodos artificiales o que adopten. Es un argumento sumamente extraño, y creo que las personas que lo utilizan no están conscientes de lo que están diciendo. Afirman que los niños que crecen en hogares de padres homosexuales van a sufrir burlas, hostigamiento y discriminación. Lamentablemente esto es cierto, pero ¿alguna vez se han preguntado por qué? Pues se debe a que vivimos en una sociedad homofóbica, ignorante e intolerante. El problema son estas personas que se incomodan con la presencia de alguien diferente, que piensan que tener dos papás o dos mamás es motivo de vergüenza y que disfrutan de causar dolor a otros niños. Lo que hay que cambiar es el paradigma social en contra de la homosexualidad, no seguirse burlando, discriminando y hostigando. Siguiendo esta misma lógica, habría que estar en desacuerdo también en que un niño indígena fuera a un colegio de niños ladinos porque seguramente lo van a molestar mucho.¡Qué cosa más estúpida!
La otra parte del argumento, que los niños que crecen con padres homosexuales están recibiendo un “mal ejemplo” y que se pueden volver homosexuales también, es igual de ridículo. Primero porque va implícito que ser homosexual es malo, de lo contrario ¿por qué siquiera levantar la objeción? Por otro lado, es también una variación del argumento “antinatural”, pues básicamente dice que las preferencias sexuales no son determinadas por su genética y que es una enfermedad que se puede “contagiar”. A pesar de que no es nada malo ser homosexual – sólo es algo que en muchas culturas es mal visto – creo que vale la pena ver si es cierto que los niños que crecen en hogares de padres homosexuales son más propensos a sentir atracción por miembros de su mismo sexo o que crecen con aflicciones psicológicas.
Se han hecho varios estudios científicos sobre el tema y todos han sido consistentes en demostrar que los padres homosexuales son igual de aptos y de capaces que los padres heterosexuales y que sus hijos son igual de bien ajustados y que gozan de los mismos niveles de salud psicológica que los niños que son criados por los hijos heterosexuales. La literatura está disponible para cualquiera que quiera acceder a ella e informarse al respecto:
Declaración de la Asociación Psicológica Canadiense – Estudio realizado para la Asociación Psicológica Australiana – Documento presentado ante la corte por la Asociación Psicológica Americana en conjunto con otras asociaciones psicológicas
También se han hecho varios estudios que demuestran que estos niños tampoco son más propensos a ser homosexuales que los que crecen en hogares de padres heterosexuales. La declaración de la Asociación Psicológica Canadiense citada arriba, es un ejemplo.
Nuevamente se demuestra que aquí lo que reinan son los prejuicios, las intuiciones y la ignorancia. Simplemente no hay fundamento sólido para afirmar que los niños van a ser afectados negativamente si crecen en un hogar con padres del mismo sexo. Como dije anteriormente, al oponerse a que los homosexuales críen hijos se les está negando un derecho y se está haciendo basado en prejuicios y en ignorancia. También se está afectando a los niños que ya están viviendo con dos padres o dos madres y que no se les ha permitido casarse, pues si se les permitiera tendrían beneficios legales y económicos que impactarían su nivel de vida positivamente. Los mismos estudios citados arriba lo demuestran.
Argumento # 4: El matrimonio se define en la Constitución exclusivamente como la unión de un hombre y una mujer.
Este fue el argumento que utilizó Manuel Baldizón en su intervención sobre la homosexualidad y la igualdad de derechos. Citó varios artículos de la Constitución que mencionan a la familia y que hablan de la familia en términos heterosexuales. Otra personas hacen lo mismo, pero apelando a lo que dice el diccionario de la RAE. Si bien esto es cierto, creo que los diccionarios son manejados por nosotros, no son los diccionarios quienes deben de manejarnos a nosotros. Si una definición nos limita o necesita ser mejorada, la cambiamos. Esto pasa todo el tiempo. Como he ido demostrando a lo largo de este texto, al aplicar un poco de ciencia o de análisis crítico objetivo a los argumentos “seculares” en contra del matrimonio igualitario, estos se derrumban. Así que pregunto: ¿Qué es lo que nos impide cambiar nuestras definiciones? ¿Es acaso otro prejuicio? Y si es así, ¿de qué tipo?
Es así como doy paso a la verdadera razón por la cual las personas rechazan tanto a los homosexuales. Todos los argumentos anteriores son sólo cortinas que la gente instala para evitar que se vea lo que los mueve a discriminar, a segregar y a odiar tanto.
Argumento # 5: “La homosexualidad es una abominación a Dios”.
De todos los candidatos, quien exhibió la peor cara fue Patricia de Arzú (la Sarah Palin chapina, made in El Salvador), quien dijo que “la homosexualidad es una abominación a Dios y lo dice en su palabra en Levítico 18”. Acto seguido, abrió su Biblia y leyó en voz alta:
22 No te echarás con varón como con mujer: es abominación.
Luego dijo: “Entonces…esto no puede ser. Tenemos que rebatirlo, tenemos que luchar por esto.” Pregunto: ¿Rebatir qué? ¿Acaso piensa mandar a hacer una ley para abolir la Naturaleza? Y luego, ¿luchar contra qué? ¿contra la igualdad de derechos y oportunidades?
En estas alturas, me gustaría preguntar nuevamente: ¿Cómo es posible que a los guatemaltecos no les cause la más mínima preocupación que este tipo de personas intolerantes, ignorantes y paranoicas que creen que todo lo que no se ajusta a su visión mágica, limitada y arcaica del mundo es malo; que creen tener conocimiento cuando no lo tienen, y que le declaran la guerra a quienes son diferentes a ellos deambulen libremente por las calles sin supervisión, se postulen a la Presidencia de la República y eduquen niños, pero que los escandalice que un hombre ame a otro hombre?
Los fundamentalistas cristianos utilizan dos versículos – uno de ellos es el citado anteriormente y el otro es Levítico 20:13:
13 »El que se acueste con otro hombre como si se acostara con una mujer, será condenado a muerte, junto con ese hombre. Han incurrido en un acto repugnante, y serán los responsables de su muerte.
A continuación, veremos otros pasajes bíblicos que están no solo en la Biblia, sino en el mismo libro de Levítico, de donde se desprenden los versículos anteriores. Como vamos a poder observar, estas personas que tan entusiásticamente citan el libro de Levítico para discriminar a los homosexuales, no dicen ni una palabra cuando de otros versículos del mismo libro se trata. Para mí, esto delata que lo que realmente sucede es que utilizan a la Biblia para reafirmar sus prejuicios pre-existentes. Simplemente odian a los homosexuales.
Levítico 20:9 dice:
9 »Todo aquel que maldiga a su padre o a su madre, será condenado a muerte. Ha maldecido a su padre o a su madre, y será el responsable de su propia muerte.
Imaginemonos que pasaría si hoy en día matáramos a todos los niños que le faltan el respeto a sus padres. Los fundamentalistas tienen una excusa preparada para escapar del obvio problema que esto presenta – dicen que es parte del antiguo código de Levítico y que no es para ser tomado literalmente. Pero dicho texto se encuentra tan solo cuatro versos antes del 20:13, que sí toman literalmente. Es curioso como los fundamentalistas cambian radicalmente su método de interpretación a su antojo, incluso cuando los dos versos en cuestión están en el mismo libro a unas cuantas oraciones de distancia. Unos cuantos versos más abajo, en Levítico 20:18 nos topamos con este derroche de sabiduría:
18 »El que se acueste con una mujer menstruosa, y descubra su desnudez, será eliminado de su pueblo, lo mismo que la mujer, pues los dos han puesto al descubierto la fuente de su sangre.
Una vez más, imaginemos que sucedería si tomáramos este verso literalmente y comenzáramos a deportar a toda persona que tenga relaciones sexuales con una mujer mientras está menstruando y a toda mujer que menstrúa mientras tiene relaciones sexuales. Esto demandaría una cantidad estúpida de recursos del gobierno de cada país para monitorear los ciclos menstruales de más de 3.000 millones de mujeres alrededor del planeta para luego entrometerse en su vida sexual. Por otro lado, reflexionemos un poco sobre lo que esto significa. Los cristianos creen que la Biblia es la palabra inspirada del creador del Universo, ¿realmente parece esto inspiración divina? A mí más bien me parece que es una prueba de que la Biblia no es más que un libro escrito por gente mucho más ignorante que nosotros. Muchos cristianos, especialmente los “moderados”, excusan pasajes como estos diciendo que eran otras épocas en las que la gente era mucho más salvaje y que Jehová tuvo que utilizar otros métodos para disciplinar a la gente. Si esto es realmente lo que sucede, la implicación es que Jehová consideraba que la mejor manera de tratar a la gente era mintiéndole sobre el funcionamiento de su organismo.
Otros mandatos, prohibiciones y regulaciones que podemos encontrar en el libro de Levítico son: la aceptación y la legislación de la esclavitud; está prohibido rasurarse la cara y recortarse la barba; está prohibido comer carne de cerdo, camarones, langostas, ostras, calamares, pulpos, etc.; está prohibido sembrar dos tipos de semillas en un mismo campo y vestir prendas de dos tipos diferentes de material.
A estas alturas tengo que preguntar: ¿qué respeto se le debe a un libro que condena todas estas cosas absurdas pero apoya la esclavitud? Si realmente existe un dios, ¿sería este su mensaje? Y los que insisten en que la Biblia es la palabra inspirada del creador del Universo, ¿por qué desean cumplir al pie de la letra los supuestos “mandatos” en contra de la homosexualidad pero se hacen los locos frente a los que prohiben rasurarse la barba, comer carne de cerdo y moluscos, sembrar peras y manzanas en el mismo terreno y vestir ropa de polyester y algodón? ¿Por qué no tienen esclavos? Hay una severa hipocresía en todo esto.
Pero hay un versículo que es contundente y claro acerca del lugar que ocupa la mujer en el mundo según la palabra del “creador del Universo”, y está en el Nuevo Testamento:
11 Que la mujer aprenda en silencio y con toda sujeción, 12 pues no permito que la mujer enseñe ni ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde silencio. 13 Porque primero fue formado Adán, y después Eva; 14 y el engañado no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión.
Si en efecto Patricia de Arzú cree que debemos de regirnos por lo que dice la Biblia, ¿por qué no sigue este mandato y abandona lo que está haciendo? Profundizando un poco más, ¿son estas palabras sabias que edifican a la sociedad, o será que apoyan la opresión, la discriminación y el maltrato al que las mujeres han sido sometidas durante siglos? Si ahora la mujer es más respetada, se lo debemos a los movimientos feministas de mediados del siglo pasado, y a la dispersión de valores de carácter humanista, no a la Biblia.
Afortunadamente, no todas las personas religiosas piensan igual. Hay algunos cristianos, por ejemplo, que opinan que no hay razón para discriminar a los homosexuales porque “todos fuimos creados por Dios” o que nuestra tarea es amar a todos y “la tarea de juzgar es solo de Dios”. Si bien no comparto la creencia en dioses ni mucho menos la creencia en el dios cristiano, simpatizo un poco con este tipo de argumentos que superficialmente promueven la paz, la tolerancia y el respeto. Definitivamente los prefiero por sobre el discurso de odio, segregación, intolerancia y violencia de Patricia de Arzú. Sin embargo, estos argumentos presentan varios problemas porque dentro del contexto del cristianismo no cuentan con ninguna base – son puras opiniones. Para la Iglesia Católica, por ejemplo, resultan en un desastre teológico porque plantean el problema de por qué un dios supuestamente omnibenevolente y omnisciente que conoce perfectamente bien las cosas que su creación es capaz de hacer, crea a una persona con preferencias sexuales diferentes para sufrir insultos, maltratos, y tortura psicológica. Peor aún, en cualquier debate teológico los cristianos liberales y tolerantes siempre llevan las de perder, porque van en contra de lo que dice el libro. El argumento del libre albedrío tampoco funciona. La posesión del libre albedrío, como la presenta la Biblia, es otra de las cosas que el avance científico ha puesto en entredicho. Pero esto ya es tema para otro día.
Creo que es hora de que nos demos cuenta que estos debates teológicos no ayudan en nada a esclarecer los problemas que afectan a nuestra sociedad. Lejos de eso, únicamente sirven para evitar que pensemos correctamente sobre ellos, entorpecen perpetuamente el avance de nuestra cultura y causan segregación. ¿Cuánto tiempo más tendrán que sufrir los homosexuales o cualquier otro grupo de personas “diferentes” a manos de gente que no puede madurar y dejar atrás sus fábulas tranquilizadoras?
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Cristian
Recomendaria para el argumento numero 2 eliminar ( y sobre todo para abordar el tema en general) la palabra “matrimonio” cuando se discute acerca de la union entre personas del mismo sexo. Para evitar caer en la utilizacion de conceptos erroneos que luego solo acrecentan la intolerancia y los prejuicios hay que aclarar para empezar que el “matrimonio” no puede darse entre homosexuales. Matrimonio deviene unica y exclusivamente del compromiso de solidaridad emocional y fisica que la mujer adquiere al comprometerse a engendrar la descendencia del marido. A cambio de ello el marido se compromete a un “Patrimonio” que se materializa en una solidaridad fisica, economica y de proteccion. ¿Por qué es importante hacer esta aclaración que podría ser unicamente un detalle semántico? Primero porque la institucion del matrimonio se instauró en su momento con intereses de caracter religioso y politico. La institucion del matrimonio se estructuraba en bases morales y “eticas” que a partir del sometimiento y la anulacion del poder de la mujer, permitía la proteccion de los clanes, luego los feudos y finalmente las monarquias. A saber de las estructuras eclesiasticas. La descendencia siempre ha sido un tema que ha movido a la historia de la humanidad. El matrimonio en sí debería ser bajo muchos conceptos abolido, ya que tras la fachada moral y etica con que se vende socialmente, resulta siendo una de las incongruencias biológicas mas grandes en la naturaleza. Es por ello que los indices de infidelidad, rupturas, divorcios y violencia familiar, exceden por mucho los indices de matrimonios felices y familias ejemplares. En pocas palabras, el matrimonio es otra de las grandes concepciones erradas que ha creado el humano como lo han sido dios, la religion y santaclaus. Por tanto preguntaría ¿por qué los homosexuales buscan tener derecho a un “derecho” que de por sí es resultado de la misma intolerancia que los discrimina para ser parte del mismo? A veces muchos asuntos de este tipo se toman bajo banderas ideológicas que resultan igualmente superficiales como los argumentos de religiosos, politicos hipocritas y moralistas cuadrados y obsecados. El punto está en que antes que nada, el tema de la homosexualidad debería replantearse en todas sus perspectivas las cuales no se limitan unicamente a la sexualidad. El homosexual no es alguien que unicamente está buscando tener sexo con otro de su mismo sexo. Existen los aspectos emocionales, psicológicos e incluso los culturales. Si la busqueda de la tolerancia a la homosexualidad se está orientando desde premisas como el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, quiere decir que nadie está poniendole seriedad al asunto. Todos abordan el tema a partir de paradigmas prejuicios y conceptos superficales que unicamente refuerzan la intolerancia de aquellos que rigen sus criterios de acuerdo a la moral religiosa o la conveniencia politica. Para empezar hay que quitar toda esa demagogia provinciana al respecto y definir claramente los conceptos. Si ellos buscan derechos, que los busquen, pero que los busquen superando y no sometiendose a los conceptos oscurantistas y primitivos que definen a la institución del matrimonio. Los homosexuales tienen una oportunidad hoy en día de replantear una de las peores estructuras sociales creada por el humano. Pueden hacerlo si lo replantean desde una visión mas alla de la demagogia y los discursos hepáticos para demostrar la infinita capacidad que tiene el humano como especie de reinventarse…
Por último, otra palabra que habría que empezar a eliminar es la palabra Homosexual. Maxime en un mundo donde “sexo” un una palabra con la que le tapan los oidos a los niños y las mujeres cierran las piernas. Empecemos por definir quizas con mas seriedad y dignidad a las relaciones de dos personas del mismo sexo. Ya que eso vá mas alla que el mismo sexo.
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